“Territorio
es en primer lugar la distancia crítica
entre dos seres de la misma especie:
marcar
sus distancias. Lo mío es sobretodo mi distancia”
Deleuze y Guattari
Mi reflexión surge a partir del territorio como producto de la territorialización. En las
ciudades contemporáneas la reja, el muro marcan y delimitan un espacio entendido
como propiedad. El habitante quiere diferenciarlo y separarlo del que está al lado.
El animal marca el territorio con sus olores,
su orina, el hombre y por supuesto el de Bogotá lo hace demarcando y señalando
con lo visible sea reja, alambre de púas, concertina, que ponen un límite que
el otro, no puede ni debe traspasar. Indican posibilidad de herida, daño físico, impedimento y prohibición,
productos del ingenio humano para expresar algún tipo de alerta.
Estos cuadros de la serie que he
titulado Marcar el Territorio
muestran algunas concertinas camufladas por plantas, es el paisaje que nos circunda en las ciudades
contemporáneas. Parece que nuestro sueño de libertad, de mirar afuera y gozar
del paisaje, queda reemplazado por una naturaleza que esconde las concertinas
que representan los temores ante lo que no conocemos, a lo que está afuera y
puede ser amenazante.
María Ximena De Valdenebro
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